El tándem tecnología y educación no se puede disociar. En un mundo cada vez más conectado e imbricado, las TIC no sólo son parte de la educación sino también una herramienta de gran ayuda para la formación. Por esta razón, POWERVOTE ha desarrollado un sistema de mandos de respuesta educativos que puede ser utilizado en el entorno educativo de los colegios e institutos.

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viernes, 11 de febrero de 2011

La tecnología en la escuela necesita una nueva pedagogía




La tecnología por sí sola no es nada. En una reciente entrevista en Página12, Nora Sabelli, una de las mayores especialistas en tecnología y aprendizaje en los Estados Unidos, pone de manifiesto que la entrega de material TIC en las escuelas debe de ir acompañado de un cambio de dinámica y advierte cuáles son los nuevos desafíos para padres y docentes.


Cuando a Nora Sabelli se le pregunta si los ordenadores responde con una pregunta : "yo lo que les pregunto es si el lápiz ayuda a la educación. ¿Ayuda? Depende de cómo se use. Lo mismo sucede con la tecnología. Cuando empezaron a aparecer las computadoras en Estados Unidos hace ya unos cuarenta años, hubo un investigador que hizo un estudio muy interesante: encontró que en las escuelas de muchos recursos, donde los chicos pertenecían a familias más bien pudientes y la escuela tenía recursos, los chicos aprendían a programar las máquinas. En las de pocos recursos, había máquinas –porque había un programa por el cual se entregaban PC a escuelas carenciadas– pero se usaban para que los chicos practicaran conocimientos básicos, es decir, la máquina los controlaba a ellos. En las escuelas de muchos recursos, los estudiantes tenían el control de las computadoras. Este ejemplo muestra la diferencia de cómo hay que usar las computadoras.


Según Sabelli, los docentes necesitan ejemplos y apoyos para saber cómo usar los ordenadores en la enseñanza: " para utilizar la computadora en la enseñanza tienen que aprender una nueva pedagogía y algo muy importante, para lo cual necesitan apoyo institucional, que es entender cuál es su rol: no es proveer de información a los alumnos sino ayudarlos a interpretar la información y a darle un contexto en el cual integrarla. Es decir, el docente ya no se para al frente y da una clase para la cual aprendió de memoria lo que leyó en un libro, sino que simplemente tiene que sentirse lo suficientemente cómodo como para que cuando el chico le hace una pregunta, le da la respuesta, o la va a buscar o le dice: “Mañana te digo”. Y eso depende de que el director de la escuela entienda cuál es el cambio. Hay ejemplos muy interesantes en Estados Unidos. Los padres como los directores tienen unas expectativas de lo que es un aula bien manejada: tradicionalmente, es aquella en la que los chicos están sentados y callados, escuchan y toman notas. En las aulas de la nueva pedagogía, donde los chicos están más en control de su aprendizaje, están muchísimo más entusiasmados. ¿Qué pasa cuando los chicos están entusiasmados? Hablan y hacen ruido. A veces, los directores y los padres dicen: “Los chicos no están aprendiendo y el maestro no está haciendo nada”. Al contrario. Lo que pasa es que la gente espera que el maestro enseñe pero no que el chico aprenda. Y hay que pasar el énfasis a que el chico aprenda y el maestro –y también el padre– lo ayude a aprender"








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