El Plan Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia es junto con el Marco de Educación Trilingüe y la digitalización de las aulas los tres elementos donde se sustancia la política educativa del Gobierno del cambio. Hasta ahora su desarrollo ha sido más mediático que práctico y han tenido un denominador común, los tres programas se han impulsado al margen del sentir de la comunidad educativa y sus reflexiones acerca de las necesidades reales del sistema educativo vasco. El Gabinete que dirige Isabel Celaá se vio forzado a corregir sobre la marcha el aparente divorcio Gobierno-Escuela, que quedó patente en un dictamen crítico del Consejo Escolar de Euskadi contra los planteamientos recogidos inicialmente en la reformulación del Plan de Educación para la Paz, o la fría acogida que los centros de la red pública han dispensado a la experimentación trilingüe de Celaá. Los continuos retrasos en el reparto de los miniportátiles a las aulas, la falta de formación del profesorado y materiales didácticos, sobre todo en euskera, tampoco contribuyeron a que la acogida de Eskola 2.0 fuera todo lo calurosa que cabía esperar con un plan de semejante proyección.
Pese a que este año se incrementa en un 50% la financiación orientada a la modernización tecnológica de la enseñanza hasta los 36 millones de euros, aún persisten las reservas sobre la orientación de la política socialista en materia de digitalización ya que se observa como una acción basada en golpes de efecto más que como una política planificada. Ciertos sectores consideran que el hecho de que Celaá destine el 66% del presupuesto exclusivamente a la compra masiva de portátiles en 5º y 6º de Primaria, frena el proceso de digitalización del conjunto del sistema.
Así opina al menos el PNV. La parlamentaria Arantza Aurrekoetxea mostró ayer serias dudas sobre la política de Educación en materia de digitalización. "Hoy es el día que desconocemos la planificación que sigue el Departamento y, ante las preguntas en sede parlamentaria sobre la ejecución del Plan Premia III (2008-2010) del ejecutivo anterior y el grado de cumplimiento del mismo, la consejera Celaá responde con una falta de concreción evidente", dijo. En este sentido, EAJ-PNV plantea una serie de cuestiones a las que Celaá todavía hoy sigue sin responder: "¿Cómo enfoca el uso de las TIC para los próximos tres años? ¿Va a haber un Premia IV? ¿Qué papel le va a encomendar al modelo de Madurez Tecnológica de los centros y qué lugar van a ocupar los aspectos apuntados en el acuerdo parlamentario? ¿Cómo se va a dar continuidad al personal dinamizador de las TIC, la formación tecnológica, didáctica y metodológica del profesorado, la implicación de las familias, la creación de contenidos digitales, la adaptación de las editoriales vascas y el estímulo del tejido empresarial TIC de nuestro entorno, entre otras?".
Dormirse en los laureles Ante esta multitud de dudas, la parlamentaria jeltzale declaró que, "el Departamento de Celaá no puede volver a generar la incertidumbre del curso pasado". Aurrekoetxea añadió: "Sinceramente creemos que el Gobierno vasco tiene que planificar y demostrar a la comunidad educativa que tiene un modelo propio, flexible a la imparable evolución de las tecnologías de la información y de la comunicación". Aurrekoetxea matizó que, "el departamento no puede limitarse a repartir portátiles sin integrarlos en planificaciones de digitalización anteriores, debe utilizarlos, y es que, la formación e implantación de los sistemas informáticos no acaba con su puesta en marcha, hay que planificar y, sobre todo, hay poner la mirada en el futuro". La parlamentaria nacionalista concluyó diciendo que "en lo que a nuevas tecnologías respecta, no nos podemos dormir en los laureles, el día a día es vital".
Fuente : Diario DEIA
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