Al e-book todavía le queda mucho camino por recorrer para implantarse con fuerza en el sector educativo. De momento, y según los expertos reunidos por la Unión de Editoriales Universitarias (UNE), los estudiantes agradecen los libros en formato digital para consultas o lecturas rápidas, pero aún hoy siguen estudiando en las versiones en papel.
“Las editoriales avanzan en la creación de productos editoriales en formato digital pero se encuentran con un mercado poco maduro, desde el punto de vista de la demanda y de los proveedores que ofrecen servicios para la creación de estos libros digitales”, aseguró Lluís Pastor, director de la Editorial UOC y organizador del encuentro.
Los editores universitarios consideran, además, que el avance de la edición digital debe ir de la mano del desarrollo de los dispositivos de lectura y de la mejora de las conexiones a Internet, de tal modo que la política de pago por descarga se pueda complementar con la de pago por acceso.
Los libros electrónicos todavía representan un porcentaje pequeño de las ventas de las editoriales universitarias pero indudablemente las tecnologías de la información abren un panorama nuevo no sólo en cuanto a los formatos sino a la actividad misma que desarrollan estos servicios universitarios: “Ya hay editoriales, sobre todo en Estados Unidos, que están modificando su propio modelo de negocio, apostando por crear nuevos servicios (cursos) en vez de vender sólo productos (libros)”, explicóPastor.
Las editoriales universitarias simultanean la publicación de libros en papel y digital, dependiendo del tipo de lectores al que va dirigida la obra. El formato “epub” es el que se impone pero los editores coinciden en que la producción de los nuevos libros tiene que pasar por formatos en XML (una marcación neutra de carácter técnico) para posibilitar la creación posterior de la obra en múltiples formatos.
En cuanto a la política de precios, si bien varía en función de la editorial, los asistentes estuvieron de acuerdo en que los libros electrónicos deben ser más económicos que los publicados en papel: “No obstante, para que haya una modificación contundente hay que reestructurar los márgenes de los distribuidores. Con los porcentajes con los que se trabaja en el mundo del libro tradicional es muy difícil aplicar políticas de precios que permitan un cambio de modelo de negocio”, sentenció el director de la Editorial UOC.
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