Un millón. Es el número de ordenadores que la ONG One Laptop Per Child (un portátil para cada niño) ha regalado desde que en 2005 el científico Nicholas Negroponte desarrolló la XO, una máquina a medida para los más pequeños. Dura cinco años, es más resistente, se puede leer a la luz del sol y sólo cuesta 100 dólares (73 euros). Ya se han repartido en 37 países.
La XO no se comercializa, son los Gobiernos quienes adquieren tantos portátiles como niños hay en una comunidad. Se trata de que todos tengan su ordenador, sin importar el poder adquisitivo de sus familias. Sólo así podrán aprender por sí mismos y entre ellos.
Lo asegura el responsable de educación de OLPC, Antonio Battro, que cree que hoy en día "la escuela debe estar en internet", a pesar de que en el mundo "todavía hay 1.000 millones de niños sin acceso a la red". Esta brecha digital se da sobre todo en los países en vías de desarrollo. Por eso OLPC ya ha implantado su programa en pueblos y ciudades de Ruanda, Afganistán, Tailandia, Haití y la India. Pero no son los únicos: la XO está llegando a medio mundo, aunque Latinoamérica se lleva la palma.
El lugar donde OLPC ha logrado cumplir su cometido a mayor escala es Uruguay. En este país el Gobierno hizo suyo el proyecto de la ONG y adquirió una XO para todos los alumnos de educación primaria. El pasado 13 de octubre el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, entregó el portátil 380.000 al último niño. Ahora, el Ejecutivo se plantea extender la iniciativa a otros niveles, como la educación secundaria y el jardín de infancia.
El lugar donde OLPC ha logrado cumplir su cometido a mayor escala es Uruguay. En este país el Gobierno hizo suyo el proyecto de la ONG y adquirió una XO para todos los alumnos de educación primaria. El pasado 13 de octubre el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, entregó el portátil 380.000 al último niño. Ahora, el Ejecutivo se plantea extender la iniciativa a otros niveles, como la educación secundaria y el jardín de infancia.
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